Mantener la integridad de los alimentos

Calidad y seguridad en la conservación...

 

 

Cuando compramos un producto alimenticio fresco o congelado, nos preguntamos cuánto tiempo ha estado y cuán lejos ha estado desde que se produjo, cultivó y procesó. Elegimos productos frescos y congelados porque transmiten la sensación de integridad de las características organolépticas y sensoriales, la calidad y la seguridad en la conservación.

Siempre es bueno tener en el refrigerador productos frescos recién producidos y sin conservantes. Desafortunadamente, no todo el tiempo es posible, debido a los ritmos diarios que, en la mayoría de los casos, no nos lo permiten. Si luego consideramos que la modificación de la dinámica social nos deja a la mayoría de nosotros hacer compras una vez a la semana, está claro que el mantenimiento de las características de salubridad y calidad organoléptica de los alimentos durante un tiempo adecuado hoy en día se considera aún mas importante.

Evitar el rápido deterioro de los productos es posible tomando una serie de precauciones (tecnologías y de procesos) en cuya base está vigente la regla de mantener la cadena de frío, es decir, una estabilidad de temperatura, positiva o negativa, de toda la estructura del transporte de estos productos; desde la producción hasta el momento de la venta y, finalmente, hasta el consumo. (De la granja al tenedor)

Los anillos de la "cadena de frío" se hacen más pequeños a medida que las instalaciones de producción y las plataformas de distribución alcanzan el consumo. Por lo tanto, el monitoreo debe ser preciso para evitar los riesgos de abuso térmico en cada etapa de la cadena de producción - distribución - consumo.

Las fases de carga, transporte y descarga son las más monitoreadas, debido a las frecuentes aperturas para entregas divididas, pero se debe tener el mismo cuidado en los controles durante el manejo local y la preparación en la cocina. El control de la temperatura debe ser realizado por los operadores de transporte justo antes de cargar las mercancías en los vehículos y por los operadores de la empresa receptora antes de descargar.

Los contenedores isotérmicos MELFORM contribuyen significativamente a reducir los riesgos de abuso térmico, no solo en el transporte y manejo, sino también porque ofrecen la posibilidad de ser utilizados como un elemento de mantenimiento de la temperatura en puntos de venta, cocinas y áreas de consumo, optimizando así la logística.

La amplia gama de contenedores disponibles satisface las necesidades de todos los operadores del sector alimentario; desde la producción hasta las grandes empresas de distribución masiva, la restauración colectiva, el servicio de comidas y la restauración, garantizando a todos el régimen de temperatura correcto requerido por las comidas, independientemente de las condiciones climáticas externas y los vehículos utilizados para su transporte y distribución.

La experiencia, los equipos y las herramientas que ofrece MELFORM permiten:

  • Gestionar adecuadamente la cadena de frío para la seguridad alimentaria y reducción de costes.
  • Optimizar la logística de los productos alimenticios perecederos.
  • Contribuir a reducir el impacto ambiental del transporte con temperatura controlada.
  • Minimizar el desperdicio de alimentos también causado por un manejo incorrecto de la cadena de frío.